viernes, 8 de junio de 2012

Crónica 20 min.

Suspendimos la clase para ir a hacer el ejercicio.
Subimos las escaleras, salimos del "calabozo"; dimos unos cuantos pasos y nos encontramos a Ulises (el maestro de video y animación) nos preguntó por Joyce (una compañera) ya que ella le estaba ayudando con el inventario de cosas y aparatos que estaba sacando de su salón, pero contestamos que no sabíamos si ya se había ido. Seguimos caminando, yo, me detuve a saludar a mi prima; Victor y Orlando se adelantaron. Me despedí de mi prima y seguí caminando, al cruzar al primer patio vi que Orlando venia de frente a mi, le dije si íbamos por un cigarrito (ya que él siempre tiene) y me dijo que mejor me regalaba uno porque no quería ir hasta la entrada de la facultad a fumar.
Salí de la escuela, prendí el cigarro y seguí mi camino, antes de llegar a la esquina, un tipo que tenía un cigarro en la mano me dijo: -¿Tienes fuego?- y yo traía el encendedor en la mano así que se lo presté; encendió su tabaco, me devolvió el encendedor y sin decirme gracias le contesté: -De nada-. Seguí caminando, en la esquina estaba Jorge, le dije -Hola- y me contestó con un
-Qué onda!-, cruce la calle, pasó el del gas con su música de: ¡Ya llegó, ya llegó! y sonreí. Me dirigía hacia el parque que está dos cuadras de la escuela, es un parque pequeño con unas cuantas banquitas para sentarse y árboles alrededor.
Llegué y me senté en una de las esquinas del parque, según yo para poder observar bien lo que pasaba, lo primero que vi, fue una chica acostada en una de las bancas, tenía puesto sólo un zapato y parecía que estaba descansando; frente a ella en otra banca estaba un chico que se estaba quitando un traje de botarga, creo que es de Telmex, es una botarga que parece un pitufo; el chico parecía acalorado, se aventaba aire con un trapo que sostenía con una mano y tenía una botella de agua en la otra. Me vió y se sentó una vez quitado todo el traje, para descansar; se veía chistoso porque se habia dejado los zapatos grandes azules de botarga. Después entendí que él y la chica se conocían porque intercambiaron un par de palabras como:-¡Ah!, ya me dio sueño-,tal vez habian estado caminando para promocionar lo que sea que fuera. Después ví que se acercaba un viejito que parece un poco loco pero aveces llego a pensar que no lo está. Traía dos botellas vacias de Cocacola de 500 ml., una en cada mano; se sentó en la otra esquina del parque, enfrente de donde yo estaba, empezó a golpear ambas botellas, una con otra, y quizás sin notarlo tenía ritmo. Después de unos tres minutos se paró y caminó rodeando el parque para irse a sentar a otro lado. A lo lejos se escuchaban los lloriqueos de un niño (lo cuál puede ser bastante normal ya que a unos metros hay una pequeña guardería), el llanto se hacia más fuerte y parecía acercarse más hasta que apareció un hombre con una paleta de hielo, de limón, cargando al niñito llorón y hasta que pasó por el parque pude ver que tenía lastimado el labio inferior y gritaba:-¡Mamáaa!- y lloraba de nuevo mientras que su padre (imagino) le decía que en un momento estarían con ella. Pobre nene pensé, tal vez un chamaquito gandalla lo empujó y se lastimó el labio. No fui la única que lo observó, también el chico botarga lo miró con atención pero el niño y su padre pronto desaparecieron de mi vista.
Estuve un rato mirando, no pasaba nada y de repente detrás de mi escuché unos pasos muy cerca, volteé y antes de ver quién era escuché un ¡qué onda! muy agradable y era Nancy una chica de Visuales, la saludé y me preguntó: -¿Y ahora qué andas haciendo?-, -Aquí...un ejercicio de mi clase en donde tengo que observar qué pasa- contesté. Nancy sonrió y dijo:- Bueno, ahí me anotas pues- y siguió caminando así que dije: Adiós, que te vaya bien- en un tono amable. Cuando volteé el chico-botarga estaba mirando hacia mi como para ver que pescaba de mi charla con Nancy. Lo ví y se volteo.
Estuve otro rato sentada, vi pasar a unas cuantas personas, señoras principalmente, pero nada que llamara más mi atención. Me levanté y como mi casa está a unos cuantos pasos aproveché para ir a tomar agua. Al salir de mi casa para regresar a la facultad, Raquel (una amiga que vive en el departamento de abajo) preguntó a dónde iba, le contesté que a la escuela y dijo que me acompañaba ya que ella iba por el rumbo. Entramos a la escuela y me despedí de ella. Estaba algo preocupada ya que teníamos hasta las dos de la tarde para reanudar la clase y ya iba retrasada como diez minutos, pero al entrar al segundo patio de la escuela vi a uno de mis compañeros de clase escribiendo así que me busqué un lugarcito para comenzar a escribir lo que estoy a punto de terminar. Punto.

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